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MENSAJE NAVIDAD 2020



Información Cabalística del Año 2019: Año 1

Año 1 = Agua: sentimientos vs emoción

Año 9 = Fuego: Flexibilidad-Inflexibilidad-Verdad

Cabalísticamente tenemos 3 años fuego hasta el 2020 pero en este año, el arquetipo que va a regir será “La Rueda de la Fortuna” la cual nos va a invitar a ir hacia nuestra escucha interior y no repetir las locuras del pasado. Nos vienen a poner a prueba, a ver si estamos en sentimiento (amor) o nos dejamos llevar por la emoción (ego). Este año van a ser removidas todas aquellas situaciones pendientes que no hayamos arreglado en los diferentes ámbitos de nuestra vida tanto a nivel personal (parejas, trabajo, hijos, etc.) como del exterior, ya que lo que se refleja afuera es como estamos dentro. Pero seran más empujadas aquellas personas que tengan como karma o misión de vida el número 1, ya que vienen con un ciclo de repetición de linaje de sordos, ciegos y mudos. En especial con la línea de los hombres y, en ciertas ocasiones, con mujeres 1 adquiriendo cargas de ese linaje.

Este año viene a presionar para decidir si queremos ir como la Rueda de la Fortuna, hacia adelante o hacia atrás.

Como ciclo de nacimiento, vida, muerte y nueva encarnación, en la Cábala también existe un concepto cíclico de reencarnación que significa literalmente, rueda del alma (Samsara). Pero si observamos una rueda con detenimiento vemos que hay algo que no cambia: su centro. Todo gira alrededor de este núcleo, del eje central como motor inmóvil. “El sabio perfecto es el que ha alcanzado el punto central de la Rueda y permanece unido al Medio Invariable en unión indisoluble”. Muchos buscamos ese centro, que se encuentra sin duda en nuestro interior y que es nuestra esencia genuina. A lo largo de nuestra vida el escenario se ha renovado muchas veces, pero el ser que realmente somos está esperando nuestro retorno. La consciencia, presente en los sentimientos, se ofusca fácilmente al irrumpir una emoción, nos habla de un estímulo que  nos desplaza, que nos descentra.

Cuando estés abajo no esperes pasivamente a que las cosas mejoren y trabaja activamente la flexibilidad para aprender a escuchar la Verdad (tu Ser) y no a tu Ego. La Rueda nos impulsa que no perdamos la Fe ni nos desanimemos frente a la adversidad. Es parte de la vida. Los cambios se aceptan con Amor cuando ponemos la intención de entrar en el conocimiento de todas las situaciones. Recuerda que de ti depende que gire hacia adelante evolucionando en tu compromiso o volviendo los giros hacia atrás para repetir las lecciones pendientes.

A nivel exterior se vivirán los mismos conflictos del año pasado con respecto a gobiernos, religiones, organizaciones, etc. A diferencia con la energía del año anterior, este año nos provocará sacudidas interiores para saber elegir hacia donde queremos dirigirnos. Sino el elemento fuego hará su aparición provocando irritabilidad y caos tanto interno como externo. Ya es hora de tocar tierra, no evadirnos y mirar la verdad por muy dura que parezca y elegir por amor nuestro camino.

En este año predominará más el elemento agua que son las emociones. No esperes a ahogarte internamente y alterar en el cuerpo todos los órganos relacionados con este elemento (vista, riñón, oídos, etc). Igual la naturaleza tendrá su protagonismo para purificarse, con inundaciones, posibles maremotos, desbordamientos, etc.

Así, te invito a entrar en consciencia y ofrecerte este medio muy valioso como es el estudio de la Cábala para que, con conocimiento, puedas ir hacia adelante como la Rueda, avanzando y cerrando ciclos para que llegues a alcanzar ese 10 que es la culminación máxima del Árbol de la Vida y también del Arquetipo 19 que es “El Sol” alcanzado el éxito en todas las fases de tu vida, recordando como todo, que también un Sol en desequilibrio puede llevarte a trabajar tus locuras y terminar en caos quemándote en tu interior.

¡FELIZ AÑO DE INTROSPECCIÓN Y ESCUCHA INTERIOR!

¿Qué es la Cábala?

La Cábala permite profundizar en el conocimiento de uno mismo, investigar cuáles son nuestras capacidades, alternativas y posibilidades; qué obstáculos y limitaciones nos vamos a encontrar a lo largo de la vida, así como también qué facilidades y ayudas van a salir a nuestro encuentro; cómo es nuestra manera de relacionarnos con cuanto nos rodea y de actuar en el mundo y un largo etcétera. Todo ese conocimiento de uno mismo proporciona una mejor comprensión de cuanto nos sucede y ha sucedido hasta ahora, dándonos asimismo unas pautas claras de lo que debemos aprender y modificar, no sólo para resolver los problemas con los que nos encontremos sino, sobre todo, para evolucionar conscientemente, transformarnos y realizarnos plenamente como seres humanos, contribuyendo de esta forma a la evolución y a la realización plena de la Vida en su conjunto. En ella no hay inventos, la Cábala te demuestra en todo momento con su propia técnica y con tus números, muchas verdades ocultas, indicándonos el trayecto que hemos seguido en nuestra vida ya que todos nacemos con un número y unas características que venimos a trabajar, por eso a la Cábala se la conoce como el Árbol de la vida, porque irás a esas raíces profundas tuyas y de tu árbol genealógico.

La Cábala, además de estos objetivos relacionados con el autoconocimiento y el desarrollo personal, nos permite también evolucionar y ascender espiritualmente por el Árbol de la Vida, un ascenso que supone tanto un desarrollo de nuestras capacidades humanas como una elevación de la conciencia.  Las diferentes fases de este proceso son las esferas y los senderos, en los diversos planos y mundos en los que ambos se expresan y manifiestan, tanto subjetivos como objetivos. Es decir, que tanto si operamos en los distintos centros energéticos y sus canales en relación con el organismo psicofísico (chacras), como si nos proyectamos a estados objetivos del ser o trabajamos en la vida cotidiana mediante la intención (kavaná) y el simbolismo, en definitiva: si operamos con las distintas estructuras del Árbol de la Vida, podemos elevar nuestra conciencia, así como también usar y desarrollar las facultades derivadas de ello, convirtiendo así el saber cabalístico en una herramienta práctica y aplicable a todo tipo de situaciones de la vida cotidiana.

Los cabalistas no pretenden ser superhombres ni supermujeres, porque esto supondría estar al servicio del propio ego y no del Yo Superior y la Divinidad. A lo que sí aspiran es a ser mujeres y hombres realizados. Para lograrlo tienen que dejar atrás muchos apegos y ataduras, convirtiéndose así, paso a paso y escalón a escalón, en una actualización individual del arquetipo cósmico Ser Humano que, en la actual etapa de evolución, está asumiendo la responsabilidad que realmente le corresponde para completarse y recuperar la unidad con el Todo. La evolución espiritual y el logro de la Gran Obra es, a la larga, el destino de todas las personas, aunque cada una llegará a ello cuando le corresponda y haya alcanzado su máximo desarrollo como espíritu. Quien trabaja y se esfuerza por conseguir propia evolución, tanto anímica como espiritual, constituye una avanzadilla respecto a la persona común, que progresa de acuerdo con pautas colectivas más lentas, con más avances y retrocesos, idas y vueltas.

Por este motivo,  son muchas y abundantes las maneras en las que podemos trabajar con esta herramienta para lograr nuestros propósitos de desarrollo personal y espiritual, moviéndonos simultáneamente en varias direcciones: concentración y desarrollo mental, meditación, orientación en la vida práctica, autoexpresión emocional, creatividad, canto de salmos, profundización en la conciencia religiosa, en el sentido de re-ligar, es decir, de volver a unir lo que estaba separado, y un largo etcétera de posibilidades.

Entre los muchos objetivos y ventajas que podemos obtener transitando por el camino de la Cábala, están los siguientes:

  1. Incrementar nuestros conocimientos sobre el mundo del Espíritu y de las causas.
  1. Tener herramientas para acercarnos a la realidad espiritual, viviéndola y desarrollándola cotidianamente.
  1. Unir la realidad exotérica con la realidad esotérica, para poder elegir con lucidez y consciencia en todos los ámbitos.
  1. Conocer profundamente nuestras capacidades espirituales, místicas, mágicas…, así como la misión que en estos campos debemos realizar durante esta encarnación y cómo tenemos que llevarla a cabo.
  1. Transmutar nuestras debilidades, defectos y apegos en fortalezas, virtudes y libertad.
  1. Elevar la consciencia y la evolución, transformarnos y transmutarnos continuamente.
  1. Aplicar los aprendizajes, logros y transmutaciones conseguidas a la vida cotidiana, a las relaciones con el mundo y a nuestra labor profesional, cualquiera que ésta sea.
  1. Aportar nuestro grano de arena particular a la montaña de la Consciencia, de la Luz, del Amor Incondicional y del Espíritu Universal, con responsabilidad, ética, humildad, generosidad, desapego y entrega.
  1. Estar lo menos condicionados posible por lo que ocurra externamente y mantenernos bien situados en nuestro centro interno, observando atentamente lo que nos rodea, sin apegos, críticas ni juicios de valor.
  1. Estar lo más unidos y conectados posible con dimensiones más elevadas de la existencia.
  1. Preparar lo mejor posible nuestra próxima encarnación, llevándonos de ésta un buen equipaje.
  2. Ser útil al mundo con todo lo que aprendemos y experimentamos espiritualmente.


MENSAJE PARA EL AÑO 2019

Hoy, desde Acacia Dorada deseo compartir este mensaje, en este cierre de ciclo 2018 y en el comienzo de uno nuevo que nos da la oportunidad para avanzar en todo aquello que ha quedado pendiente.

He tomado como referencia a nivel de metáfora el Universo en su totalidad, ya que solo cuando nos volvemos observadores de todo lo creado y llegamos a descifrar sus verdaderos mensajes detrás de cada ser pulsante podemos guiar nuestros pasos con coherencia y sabiduría eligiendo el camino correcto en esta realidad paralela.

Del Universo aprendí que, a pesar de la mano del hombre que se ha encargado de destruir el Paraíso que se nos fue dado, él no se detiene y cada día se regenera y nos devuelve el hermoso presente de su belleza, su calidez, su constancia, su amor. Esto me enseñó a nivel personal que así es nuestro mundo interior y que, a veces, en ese mundo exterior nos vamos a encontrar con esos avatares, situaciones, personas o manos opresoras que desean aniquilar cuando decides avanzar. Pero así es el Universo, es dualidad, no es más que las pruebas constantes que vamos a tener que procesar para tomar consciencia. Confiar en nuestro poder creador y ser así como los ciclos de la luna decreciendo y menguado, para luego crecer y brillar y llegar a ser esa gran estrella de la inmensidad.


Del Sol aprendí que ilumina y da vida a todas las criaturas sin discriminación. Él ve todo mejor que cualquiera, ve todas las atrocidades que el humano comete, ve la honestidad, la deshonestidad… pero sabe que es causada por el hombre, por su Ego y por su ignorancia, por ese desconocimiento a las leyes Universales y porque es más fácil juzgar que adquirir conocimiento. Pero para él estos hechos son insignificantes en relación a la inmensidad de su Luz y de su calor. Todo lo que al humano le parece monstruoso o terrible, para él son pequeños errores, pequeñas manchas. Él lo quita, lo repara, lo lava y continúa iluminando a la humanidad hasta que ésta alcance la perfección, con una paciencia ilimitada. Por eso, seamos la luz que se expande en todas las direcciones y espera paciente, como el Sol, porque todo llega.

Del árbol aprendí que su meta, el fruto verde, áspero, duro y ácido, es hacer que madure y lo colma poco a poco de azúcar y de perfume hasta lograr que sea delicioso, mientras otros deciden podrirse en su proceso. El universo junto con sus astros hacen lo mismo con el ser humano, nos aportan su ayuda para que como el fruto maduren, pero como entiende que necesitan más tiempo que los arboles para llegar a esa pefección, decide tener paciencia. El Sol no abandona a los hombres porque si lo hace su evolución se detendrá. Él brilla porque conoce la finalidad de su trabajo y su papel en la creación es seguir ayudando a los humanos hasta su madurez. Pero nuestro Sol interior depende de nosotros mismos. Si lo iluminamos para mantener nuestra llama encendida o si dejamos que se apague esa luz interior que nos llevará a la consumición de nuestro ser. Es entonces donde el Alma debe continuar su vuelo hasta encontrar un ser comprometido que le ayude a avanzar para evolucionar.

Del mar aprendí ese continuo proceso de limpieza que a veces el ser humano contamina. Él con su fuerza lo arrastra para volverse a purificar con esos oleajes internos y turbulencias necesarias también en nuestro interior. Remolinos que nos ahogan para luego poder emerger como los delfines y disfrutar del viaje emitiendo vibrantes sonidos que tocan el mar y a la vez el cielo.

De los animales, mis mejores maestros que me enseñaron lo que es el amor incondicional, ya que pase lo que pase su amor y compañía jamás te faltan. Si es verdad que nos entregan mucho, pero vienen a nostros también con un gran trabajo que es descubrir en nuestro interior cuánto amor somos capaces de dar cuando dejamos a un lado el control.
Con ellos nos sentimos libres de sacar nuestra mejor versión porque es un amor de dar y recibir. Y a otras personas vienen tambien a mostrarles su insensibilidad, su irresponsabilitat su rabia su miedo. El rechazo que habita en ellos mismos. Los animales aún cuando se les ha lastimado tienen esa apertura al amor y vuelven a depositar su confianza en nostostros, cosa que deberíamos aprender los humanos, a alcanzar ese peldaño ya que, a veces, por mucho amor que ofrezcas al que no lo sabe ver, no lo sabe recibir y seguramente te están invitando a que desvíes tu camino hacia alguien que sí lo pueda valorar.

Ahora me toca el ser humano, tal vez la enseñanza más compleja por la diversidad de matices y sus diferentes funciones. Tomé la más osada de las travesías: abrir el telón y observar todos mis personajes, esos que libremente escogí para que me recuerden lo que fui, lo que soy y cómo, con quién y cuándo deseo realizar mi nueva obra para que en unísono podamos brillar. Agradeciendo a cada personaje, ya que el que me humilló estaba ayudándome a encontrar mi verdadero valor, el que me traicionó me enseñó a ser primero yo, el que se burló me llevó a creer más en mi, el que me quitó me enseñó a ser yo la primera en darme, el que no me amó me enseñó a amarme a mi, el que hirió me recordo mis heridas no sanadas y, las sanadas me abrieron las puertas de la compasión y el perdón entendiendo que a veces por amor es necesario avanzar y cerrar algunas puertas, porque el proceso ya había finalizado. Y así, por la ley de atracción y afinidad comencé a ser egoístamente buena conmigo misma y es cuando vino a mi vida lo correcto en cada momento. Aprendí que de los personajes de victimas y culpables, solo hay elecciones y lecciones que tomamos según como estemos y que el peor maestro es el mejor porque nos ayuda a salir de esa zona de confort, ya que por falta de amor a veces somos incapaces de ofrecernos lo mejor a nosotros mismos.

Del personaje de la mentira aprendí que cuando me engaño, todo el mundo lo hace. Aprendí a mirar la realidad por más dura que sea porque la verdad nos hace libre y las mentira nos convierten en prisioneros.
Del personaje que más aprendí fue de la Verdad porque ella me hizo descubrir todas aquellas mentiras que a veces no se quieren ver. Me enseñó que el camino para ganar enemigos era el de ser sincero, y cuando comencé la práctica miré a mi alrededor y me di cuenta que estaba sola. Con el tiempo vi que se me regaló la maravillosa oportunidad en esa soledad de encontrarme a mi misma y encontrar en mí mi mejor compañía. Comencé a trabajar los apegos y a descubrir que mi felicidad no depende de nadie. Que el que no sabe estar solo no sabe convivir con nadie. De nada vale una multitud a tu alrededor si estás vacío. Fue en este espacio de ese escenario interior y en ese tiempo que me llevó a conocerme y sentir que jamás estamos solos sino que nos abandonamos de nosotros mismos y esto nos aparta del verdadero camino que es el llegar a nuestra esencia. Esa que nos conecta a Dios para alcanzar su imagen y semejanza. El primer principio mas elevado para poner en práctica es tener humildad pero no aquella que se confunde con humillación y sometimiento sino la de aceptar tus miedos, tu falsa verdad tus pensamientos limitantes, tus falsos trajes y soltar ese grito desgarrador desde tu corazón desnudo, porque solo desde aquí se cumple la promesa de pide y se os dará. Pero también es importante tener consciencia desde donde pides porque la respuesta puede ser inmediata o no puede llegar nunca.

De los personajes que creaban guerra los bendije y me aparté y escogí a Dios que es unidad y no separación, y a medida que me fui transformando el escenario y los personajes fueron cambiando y los regalos del cielo, cuando comencé a ser justa conmigo misma, la justicia divina me fue premiando con personas en las que puedo sentir que las verdades son aceptadas con amor, en que una ayuda es valorada y aunque a veces estén ausentes sé que en nuestros corazones estamos presentes.

Cuando hacemos esta transicion por amor a nosotros mismos se manifiesta ese 8 del infinito, que como es arriba es abajo, ya que lo que emanamos es lo que recibimos. Afuera es el reflejo de cómo nos tratamos, de cómo nos amamos, de cómo nos respetamos, de cómo nos valoramos. Así que en este comienzo de ciclo, permíte ese universo en tu interior, es el regalo más preciado. Déjate guiar por tu estrella interior y que te lleve hacia el camino correcto dejando el mundanal ruido a un lado, dejando lo trivial y lo pagano para no alimentar este mundo de consumismo, distracción y falsas lealtades. Y hazte el mejor regalo para toda tu vida: SER TU MISMO



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